Tras cada error, un acierto - Karilis F.

Al borde del abismo - Karilis F.

El mejor lugar para estar

sábado, 30 de julio de 2016

Con casi 17 años y a solo un paso de una vida me di cuenta que no era lo suficientemente mayor como para no tenerle miedo a la sociedad, como para soportar 3 días sin el y que a final de cuentas solo notara que cada vez le quería un poquito mas. Y el vértigo solo me avisaba que estaba a un paso de caer.
Que mientras mas me alejara de las personas nada evitaría que cayera rendida a sus pies, y que mirar su foto solo provocaba en mi unas ganas intensas de llamarlo y decirle: "Solo quiéreme" porque no había nada mas maravilloso que ser querida por el. Aunque el vértigo me alejara.
Ojalá supieran el caos que significaba quererlo, que un día quería amarlo sin limites y al otro día si lo tiraba todo por la borda, seria muy poco. Me hacia susceptible, me debilitaba, no era de esos amores que fortalecen hasta el ultimo de tus huesos, no. Con el sentía que todos los interruptores de mi cuerpo se apagaban ante su presencia y eso era algo de lo que debía protegerme.
Y que un día sin el había significado que me ardiesen las manos para escribirle o escribirme ya ni sabia cual era mas peligroso, si plasmarlo en papel y que el resto de mis días al leerme recordara que el causo que el miedo y el amor por fin fueran amigos, y eso es mas de lo que el mundo espera. Ya saben porque era tan peligroso.
Porque me sentía a salvo en sus brazos y en un segundo me sentía como si debiese escapar una vez, de entre las llamas de su corazón. Y aunque había experimentado estadías en desiertos, en lugares mas congelados que el corazón de quien no sabia querer. Con el... Era estar en ni mas ni menos que el lugar correcto para construir una casa que no quemara ni un lugar en el que el frío no te permitiese disfrutar del amor.
Por eso le quería, porque con el no existía el termino medio, con el era si o no, no cabían los "No se" ni los "Yo también" y esa era una de las maravillas de tenerlo cerca, me causaba vértigo cada vez que me acercaba mas pero una vez lo tenia a poco centímetros me hacia sentir en casa, como si sus brazos fueran el mejor lugar para estar y considerándolo mi debilidad, nunca me sentí tan segura estando con el.
Y que cada día me preguntaba si debía buscar a alguien que me bajara la luna, pero luego comprendí que no necesitaba la luna si no podía tener a una persona que fuera capaz de amarme correctamente, que la luna es solo luna y el era toda una galaxia y ya eso era suficiente para mi. Así que le pedí que me regalara cada uno de sus días, que ya la luna, juntos la conseguiríamos.

Soledad

miércoles, 13 de julio de 2016

Es increíble como los mejores sentimientos salen de los momentos mas miserables de la vida, así como si la vida no tuviera suficiente para darte. Como si te diera unos días para pensar mejor las cosas y que la brisa te diera una segunda oportunidad para volver a sonreír. Así es la vida puede hacerte sentir ambas cosas, la calma y la tormenta. La felicidad y la tristeza.
Que los días se soportan de a poco, y así duelen un poco menos. Que las personas suelen cambiar en una fracción de segundo, y las vidas pueden ser destruidas en mucho menos que un abrir y cerrar de ojos. Pero que para eso estamos predispuestos, porque nacimos con el don de la fuerza, de la nostalgia y de la alegría y que por desgracia muchas veces toca afrontarlas juntas o que seamos tam desafortunados como para vencerlas una a una.
Y que la canción que toca en el fondo de aquella habitación eran solo letras que te acompañaban en cada caída, y que a pesar de la cantidad de personas que te rodeaban no hacia nada mas que torturarte un poquito mas, así solo serias una persona mas, sentada en una silla, con una vida encerrada en el pecho y mil pensamientos en la cabeza.
El tiempo suavizo el dolor y ya los ojos no se sentían tan tristes cuando volvías al mismo lugar, ahora disfrutas de la brisa, la soledad y las canciones como si fueses una persona mas, con una vida que no muchos podrían entender. Una vida que pocos merecen pero que solo algunos son capaces de afrontar. Sabes que la mitad de las personas que están aquí no soportarían el dolor en el pecho cada que alguien te dice "sonríe" porque no tienen idea de que tan rota podrías estar por dentro, pues nadie se atreve a tocar tu corazón porque saben que saldrían lesionados y no volverían a ser las mismas personas.
Y que la gente no conoce el poder de un "no estas sola" en el tiempo correcto, justo antes de caer al vacío. Y que la única persona que conoces que seria capaz de hacerlo se hunde en profundas letras de odio, melancolía pero pocas veces amor, pues esta tan acostumbrada a la miseria de la vida que olvido lo que significaban las cosas bonitas de la vida.
Que había hecho un doctorado en tristeza y que de amor solo había fracasado un sin numero de veces, es por eso que su único amigo esta sentado en la silla de al lado, con el mismo vacío en el pecho, temido por todos y al que ella le llama "Soledad"

Un poquito mas puede ser demasiado

jueves, 7 de julio de 2016

Que hay personas, como átomos dispersos del otro lado de la multitud esperando que los notes, esperando que vivas por ellos.
Porque es tan difícil coincidir, tal difícil descifrar una mente desconocida, es difícil sentir un corazón.
No somos quienes, no somos nada para merecer un amor que entre la multitud se desvanece. Es poco, es paupérrimo...
No es suficiente, pero es todo lo que puedes dar, es dar todo y quedarte sin nada, es dar amor entregando el alma.
Porque cuando das y no recibes, se te parte el alma, se quiebran las piezas y tienes que volver a empezar, reponerte e intentarlo una vez mas.
Es así como funciona esto, dicen que lo bueno tarda en llegar, yo digo que lo bueno nunca es fácil de conseguir y siempre hace falta que te destroces un poquito mas.
Pero cuando llegues, ojala no tengas que recojer los restos de mi corazon, pues ya habra sido demasiado tarde.
Porque un poquito mas puede llegar a ser demasiado. 

Por si deja de doler, díganle...

martes, 5 de julio de 2016




Quizás las metáforas no sean suficiente para hacer que algo tan melancólico suene como si nada pasara.

No hay palabras para describir como se sentían los días con él, me hacían sentir completa, como si no me faltara ninguna pieza, no había nada que rellenar.

El destino se escribió en un par de hojas que en par de años fueron solo hojas en una caja de recuerdos.

Nunca pensé que su voz se tornaría en algo desconocido en un par de años. Que el ser una niña me duraría para siempre y a la mañana el estaría ahí para evitar que las lágrimas cayeran.

Pero ojala vosotros lo entendieras, sus brazos se sentían el lugar más seguro del mundo y esperaba que las cicatrices de mi corazón las curara él. Pero nunca imagine que el hombre que me rompería el corazón sería el único hombre capaz de curarlo.

Ojala pudieran saber lo mucho que lo quería y que su amor por mí se lo llevarían los años, como todo lo demás, se vuelve sin importancia con el tiempo.

Que un  montón de testigos no iban a ser suficientes para que se quedara a mi lado y no tirara por la borda a una simple niña que llevaba consigo una maleta de recuerdos, un corazón inocente y puro y sus mismos ojos cafés.

Que la sangre no sería la suficiente razón para quedarse ni que un título valiera lo suficiente para no dejarlo ir. Que el llanto no sería suficiente excusa ni el que fuera su hija lo haría cambiar de opinión.

Y que por desgracia la vida había decidido que me hiciera mujer a muy temprana edad, que las heridas no tenían nada que ver con los años de vida, y que cicatrices tan vacías como su corazón nunca serían suficientes para mí.

Por desgracia no saben lo llena de recuerdos que me había dejado y que cada minuto de mi vida tengo la sensación de que anda perdida buscando un par de ojos cafés que un día dejo inundados en lágrimas y que desgraciadamente sea muy tarde para recoger las lágrimas. Pues el hondo vacío que dejo el me hizo aprender que el hombre que me rompió el corazón, no puede ser el mismo que lo cure, aunque sea mi padre.

Pero si lo ven, con la mirada vacía, sin nada en sus manos y el corazón arrepentido, díganle que lo espero, con el corazón hecho pedazos y con un hueco sin rellenar en el corazón. Que tal vez ya no juegue con  muñecas y que quizás mis zapatos sean un poco altos pero que sigo siendo su niña, aunque ya sea muy tarde para él.

Díganle que le quiero, por si acaso, por si tal vez quererlo ya no duele más.

Seis letras, una palabra - Karilis F.



 
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